El motor que mueve nuestros esfuerzos y nos hace entregar algo de nosotros a una causa es un propósito. Tenemos diferentes propósitos y una vez que los aceptamos entregamos una parte de nosotros a ello. Por ejemplo, hacer una carrera universitaria, mejorar nuestro peso o nuestra salud, conseguir una pareja. Sin embargo, estos propósitos parciales muchas veces son esfuerzos aislados en los que alguna parte de nosotros intenta conseguir algo que nos realice, pero no siempre lo conseguimos; otras veces hacemos algo por que toca y otras sólo aceptamos lo que venga, como veletas al viento. ¿no sería genial conocer qué es eso que puede sacar lo mejor de nosotros, por lo que viviríamos entregados y felices incluso haciéndolo gratis? 

 

Estadísticamente hay dos datos muy interesantes al respecto del propósito superior de vida de las personas: el primero, es que la inmensa mayoría respondemos afirmativamente a la pregunta ¿tienes un propósito de vida? el segundo, es que, tristemente, la inmensa mayoría de los que dijeron sí, no saben cuál es. Sí, la inmensa mayoría de las personas no sabemos declarar con precisión cuál es nuestro propósito de vida.  

 

Por esta misma razón es que son tan comunes las preguntas -profundas, por demás- que nos hacemos como seres humanos: ¿a qué vine yo al mundo? ¿le da lo mismo al mundo que yo exista o que no? ¿cómo sé si ésta es la mejor versión de lo que yo puedo ser en la vida? ¿qué haría que yo despliegue con total entrega todo mi potencial humano? ya nos podemos imaginar la herramienta tan grande que es para un ser humano poder responder estas preguntas y esto, es lo que hacemos en este taller. 

 

Disfruta de dos días maravillosos de desarrollo personal en los que al final conocerás qué es eso que viniste a hacer al mundo, tu propósito superior de vida y podrás declararlo con precisión al mundo; así tendrás la mejor brújula de las decisiones vitales que harás en adelante.